jueves, 7 de agosto de 2008

7.8.2008 – ¡Y yo con estos pelos!

El actual ministro de exteriores de Finlandia, Alexander Stubb, práctica el triatlón. La prensa nacional comentó su participación en el medio IronMan de Joroinen, que según la página de la organización es el evento de triatlón con más solera de Finlandia.

No podía dejar pasar la oportunidad y consulté su blog. Lo primero que llama la atención es el tamaño de su sonrisa de anuncio de dentífrico. Si eso no le asusta a uno y pasa a ver lo que hay detrás, comprueba que el tamaño de los bíceps del señor ministro y europarlamentario supera claramente en diámetro la media del de otros ministros de exteriores europeos, parlamentarios de otros estados y otros políticos internacionales, bueno si descartamos a Terminator-Conan-El Destructor.

Pasada la impresión inicial, busqué la crónica de su participación en Joroinen. No estoy muy puesto en marcas, pero no lo hizo nada mal. Los 1,9 km de nado fueron completados en 33 minutos, aunque luego confiesa que hizo la transición “como un pato decapitado” y cito palabras textuales. Los 94 kilómetros de bici en 2h 38m y luego los 21 km y pico en 1h 44m. Ésta viene a ser mi marca en la media maratón, en mis mejores tiempos, pero desde luego no la hago después de la paliza del lago, que debía estar fresquito, y la bicicleta.

No sólo supongo, sino que doy por hecho que el señor ministro tendrá sus ayudas, como corresponde a su cargo, pero mirando su biografía y currículum no puedo evitar caer en el odioso vicio de la comparación y, aunque no debiera, poner el mío al lado, para después emitir un vahído. ¿Qué he hecho con mi vida que todavía no soy ministro? Stubb tiene unos cuarenta años, está casado con dos hijos, -lo que no es fácil para nadie a poco que uno sea un progenitor medianamente responsable-, tiene un listado como un brazo de méritos académicos y profesionales, y todavía tiene tiempo de entrenar medio ironman. ¡Y yo con estos pelos! A esto sólo me queda recordar las palabras de una de mis profesoras favoritas en la universidad, que mientras nos explicaba el funcionamiento del sistema nervioso en vertebrados y como la referencia a Ramón y Cajal no podía faltar, nos informó que Cajal hizo sus mejores descubrimientos después de los 40, y que por eso ella todavía no había perdido la esperanza. Pues eso.

No sé decir si Stubb es brillante como político o al menos bueno. Pero supongo que un país como Finlandia, pequeño como es y al lado de una gran superpotencia, no escoge a ningún inútil como ministro, y menos como ministro de exteriores.

Me consuelo pensando que el Sr. Stubb no es perfecto. No ha despedido a su asesor de imagen por publicar esas fotos de prácticas de la facultad de medicina, especialidad cirugía máxilofacial. Bueno, reconozco que aquí, como en muchas otras cosas, hay más cuestión de gustos que otra cosa.

Por cierto, quizás proclamé demasiado rápido que la cartera de ministro garantiza en Finlandia la solidez como político del portador. El antecesor de Stubb, Ilkka Kanerva fue cesado de su cargo tras hacerse público que había mandado mensajes incendiarios a una “bailarina erótica” utilizando el móvil oficial y abusando de su cargo. El “affaire” Kanerva se describe con todo lujo de detalles en un artículo de la wikipedia, mencionando también su repercusión internacional.

----------------------------------------------------------
La guerra de Osetia desgraciada pero proablemente dará una relevancia internacional a Alexander Stubb, que quizás no desee.

No hay comentarios: