lunes, 16 de julio de 2007

Kisko, a 16 de julio de 2007

Una de las mejores cosas que te pueden pasar estando en Finlandia es que una familia finlandesa te invite a pasar unos días en su casita de campo en el bosque. Pocas cosas ponen más de manifiesto el aprecio que puedan tenerte que invitarte a uno de sus lugares más preciados a los que solo acceden las personas cercanas, con permiso para entrar en la intimidad de su vida cotidiana. La casita de campo en el bosque es como una iglesia pagana, un lugar de culto, en el que la sauna ocuparía el lugar de altar.

Todas las cosas tienen su por qué y las tradiciones una buena razón. Riitta y Klasu, me abrieron las puertas de su casa con un excelente espumoso de Socuéllamos. Recibir a los invitados brindando se podría considerar como una tradición y el vino de Socuéllamos se ha convertido en una tradición entre el círculo de amigos de mi jefe. Riitta fue después de todo una compañera de trabajo. Tomar el café es otro rito de obligado cumplimiento y con importancia. Tomar una copa quizás no suceda siempre, incluso puede ser excepcional, pero tomar café con algo para mojar seguro. El café de los finlandeses quizás no sea tan intenso como el de los portugueses o italianos, pero el bollo es siempre rico. Yo, lo confieso, soy adicto.



La sauna es quizá la tradición más antigua y más internacional de los finlandeses. Meterte en una habitación oscura a 70°, 80°, 90° e incluso más grados centígrados y arrojar agua a las piedras de la estufa para arrancar una nube violenta de calor que se expande hasta empaparte (el agua se condensa sobre el cuerpo que está a 37°) y calentarte. No puedes luchar contra tanto calor, sólo puedes relajarte y dejarte llevar. En Finlandia es fácil ir a la sauna, en todas las piscinas, gimnasios y centros de deporte hay saunas. Además de las específicas que se ponen para hacer la experiencia completa en sitios bonitos. Los edificios y las casas tienen sus propias saunas para uso comunitario o privado. Una muy saludable costumbre son las saunas para después de correr: lenkkisauna. Quizás sea todo lo contrario de la terapia de frío, pero después del esfuerzo físico y de estirar, sientes que el cuerpo se relaja y una sensación de euforia y de paz difícil de definir pero fácil de entender.

Si la sauna es en medio de la naturaleza y entre exposición al calor puedes descansar tomándote una cervecita sentado entre los árboles la sensación es similar a la que experimentaba Teresa de Jesús en sus arrebatos místicos y que quedaron inmortalizados en el vivir sin vivir en sí y en el morir por no morir. Una sauna en el campo es una de las formas de quedar en paz contigo y con el mundo. ¡Ay, quién pudiera vivir en una sauna!

Y después de la sauna, la salchicha. Parece el título de una película de cuarta o quinta categoría, pero es que la realidad, en muchas ocasiones, supera la imaginación más desaforada, (y eso que la mía lo es y mucho). Lo cierto es que después de la sauna, un ejercicio intenso, tienes mucha hambre y necesidad de recuperar sales y líquidos. Comer no sólo es necesario, sino que además agradable.

Algunas de las fotos demuestran la belleza del sitio. La casa del campo es un lugar importante, con un lugar en el corazón de los finlandeses, por eso la gente se encarga de que los detalles sean bellos.


Sin embargo, en Finlandia el campo siempre resulta espectacularmente bonito. Quizás el paisaje cultural de la naturaleza domesticada y los bosques de uso comercial no tenga la espectacularidad de la naturaleza virgen, pero tiene la serena belleza de lo que es hermoso porque es bueno.

No hay comentarios: